Mujeres Herocias 2025

 

 

Mujeres Heroicas: un gobierno que cumple con hechos, no discursos

Por Mary Hernández
Presidenta Municipal de Felipe Carrillo Puerto
En tiempos en que la política se llena de palabras bonitas y de promesas que se esfuman con los aplausos, aquí, en el corazón de la zona maya, hay un gobierno que hace las cosas distintas.

Esta semana avanzamos con el segundo pago del programa Mujeres Heroicas, un esfuerzo que no nació para tomarse la foto, ni para adornar discursos. Se creó para transformar vidas.
Por primera vez en la historia de este municipio, un gobierno municipal respalda con recursos propios a las mujeres que sostienen a nuestras familias, nuestras comunidades y nuestra cultura. Mujeres que, sin reflectores ni reconocimientos, son el verdadero motor de nuestro pueblo.
No esperamos a que otros digan qué se puede o qué no se puede hacer desde un Ayuntamiento. Tampoco dependemos de recursos etiquetados. Aquí tomamos decisiones con valentía, con la convicción de que el dinero del pueblo debe servir al pueblo.
Administrar con honestidad y con visión social ha hecho posible que este programa avance. En otros lados, el recurso público a veces se pierde en la corrupción. Aquí no. Aquí se entrega, con manos limpias, a quienes más lo necesitan.
Además, no estamos solas. México cuenta hoy con una mujer presidenta, Claudia Sheinbaum, que inspira y confirma que los programas sociales son un derecho, no un favor. Mujeres apoyando a mujeres. Gobiernos de la transformación construyendo bienestar real.
El segundo pago de Mujeres Heroicas no es un simple evento. Es un mensaje claro: cuando el pueblo confía en gobiernos que trabajan con el corazón y con firmeza, las cosas sí cambian.
Felipe Carrillo Puerto demuestra que sí se puede. Que cuando se cuida el dinero público y se pone al servicio de la gente, se rompen inercias. Y que en esta nueva etapa de la transformación, las mujeres seguirán siendo protagonistas. Porque como decimos en Morena: con el pueblo todo, sin el pueblo nada. Y en nuestro pueblo, primero las mujeres.